lunes, 12 de septiembre de 2016

Adoramos a los camareros

Los camareros son un blanco muy fácil. Ridiculizar un camarero es una guerra ganada. Difícilmente te replicará; el cliente siempre tiene la razón, ya se sabe. Para un camarero es mejor tragarse la impertinencia de un cliente que ganarse la bronca del propietario del negocio o algo peor. Supongo que por eso, los camareros son los que sufren con más intensidad la mala educación del ciudadano estresado. Los bares y cafeterías son mi hábitat natural, y detecto que desde hace tiempo la hostilidad es cada vez más gratuita y mezquina. Se están convirtiendo en el saco de boxeo de mucha gente con exceso de mala leche.
Siempre encontraremos camareros que son desagradables, incompetentes y sucios, como en todos los ámbitos laborales. Y es evidente que les tenemos que parar los pies. Pero estoy convencido de que el número de clientes despóticos, rudos y machitos es muy superior, y se está multiplicando de forma alarmante. Dudo que las personas que tienen por costumbre humillar camareros recurran a los mismos aires y a la misma grosería con un taxista, un mecánico o un conductor de grúa.

Gastamos un enorme complejo de superioridad cuando nos enfrentamos a los camareros. Y deberíamos respetarles: hacen un trabajo que tiene mucho mérito. De pie todo el día. Cargando bandejas, copas, platos. Arriba y abajo. Cuando el bar se llena, el ritmo es frenético. Todo el mundo quiere su pedido, todo el mundo levanta la mano, todo el mundo los llama y les pone mala cara porque van tarde. Tienes que estar hecho de otra pasta para soportar este ritmo y atender con una sonrisa todas las mesas. Y la mayoría de los camareros lo consiguen, aunque no son androides y tienen derecho a tener un mal día.

Adoro a los camareros de mi barrio. De una forma extraña, se han convertido en una especie de segunda familia para mí. No sé qué hacen, dónde viven... No sé si están casados, si tienen hijos. ¡No sé nada de ellos! Pero los veo con más asiduidad que a mi madre. Cada mañana me reciben con la combinación que más me gusta. Siempre con una sonrisa. A los camareros, sólo les puedo decir una cosa: GRACIAS.
Fast Botton, avisador de camareros!

lunes, 14 de marzo de 2016

Fast Botton, Sistema ANDON

Cinco mandamientos de la atención al cliente

Cinco mandamientos de la atención al cliente

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La mayoría de las empresas desarrollan una parte importante de su labor de cara al público, por lo que la atención al cliente debería ser uno de los principales pilares sobre los que debería centrarse la formación del personal.
Solo con el correcto conocimiento de cómo espera la empresa que se desarrolle la comunicación con los clientes, se puede comenzar a hablar de un servicio estandarizado. Tal es su importancia que si la atención al cliente fuera una religión, estos serían algunos de sus mandamientos, comenzando por uno que se describe solo: honrarás a tus clientes.

El cliente será el que te juzgue

Un vendedor o cualquier empleado que trabaje de cara al público debe tener muy en cuenta que aunque tenga a un responsable dentro de la empresa, su verdadero jefe es el cliente, pues en definitiva es quien va a juzgar con mayor criterio su trabajo.
Así, un cliente siempre debe ser tratado con respeto y educación, adaptándonos a sus necesidades concretas. Por otro lado, la propia empresa debe entender este punto: la opinión de los clientes es la más importante. Hay que formar y controlar la atención que los empleados brindan y hacer los esfuerzos necesarios para conocer con seguridad la opinión del cliente. ¿Y si lo que creíamos que era bueno no lo era?

El cliente siempre tiene la razón, menos cuando no la tiene

En ocasiones nos dicen que el cliente siempre tiene la razón, pero es posiblemente una de las verdades peor entendidas. No es que siempre tenga la razón, ni que siempre debamos dársela, sino que al final su opinión es la única que cuenta.
Los clientes pueden equivocarse y de hecho lo hacen en muchas ocasiones y nuestra labor no es debatir, sino vender o atender. Entonces, cuando no tenga la razón en algo que afecte a la venta o a la atención, debemos argumentar con educación y calma. Podemos llegar a modelar su perspectiva para que entiendan el por qué de las cosas, aunque en muchas ocasiones habrá que acudir a técnicas de comunicación asertiva.

Nunca estarás solo

Empresa y empleados deben hacer un frente común para lograr la ansiada satisfacción del cliente, por lo que nunca debemos pensar que se trata de una responsabilidad limitada. Si una pieza del equipo falla, el resto se verá afectado.
Por eso es tan importante la formación y el control de satisfacción. Si no logramos un servicio homogéneo, los esfuerzos individuales no sumarán. Tenemos que grabarnos a fuego estas dos máximas: “nunca estás solo” y “lo que hacen los demás importa”.

Perderás dinero con cada cliente insatisfecho

Esta es una realidad matemática, ya que con cada cliente insatisfecho que generemos en la empresa, perdemos futuros consumidores y, por supuesto, esto representa dinero que dejará de entrar a la organización.
Podemos pensar que esta regla también se puede aplicar a la inversa cuando dejamos a un cliente satisfecho, pero lo cierto es que el potencial destructivo de una experiencia negativa es mucho mayor. Centrarnos en la atención al cliente tiene un sentido: ganar dinero.
Todos los trabajadores deben saberlo y un sistema de remuneración variable puede hacer que no solo mejoren las ventas sino que también mejore la atención prestada, siempre y cuando se brinden las herramientas técnicas y formativas necesarias para alcanzar las metas más altas.

Siempre superarás la expectativa

Un cliente nunca entra solo, ya que siempre va acompañado por una expectativa del producto o servicio que le ofreceremos. Debemos preocuparnos por generar expectativas realistas para no solo tratar de alcanzarlas, sino para superarlas.
No es lo mismo la mera satisfacción que el deleite, y esto solo es posible dando un paso más allá de lo estándar. En ocasiones es necesario que el personal cuente con ciertas libertades para auto gestionarse dentro de unos límites, permitiendo que den soluciones creativas y que adquieran responsabilidades.
http://blog.sage.es/economia-empresa/mandamientos-de-la-atencion-al-cliente/
www.fastbotton.com

lunes, 11 de enero de 2016

Un buen servicio al cliente hace la diferencia

En una era en la que existe más competencia que nunca, el cliente busca los diferenciadores que lo harán elegir a una compañía sobre otra. Por esto, es ahora cuando un excelente servicio al cliente se vuelve clave para convertirnos en líderes de nuestra industria.
Servir al cliente implica tomar las acciones necesarias para satisfacer y sobrepasar las expectativas de nuestros consumidores, es ir más allá que tan solo proveer un producto o servicio, es asegurarnos de poner siempre primero a nuestro cliente.

¿Cómo podemos brindar un servicio al cliente excepcional? El valor otorgado es la diferencia entre los beneficios y costos percibidos por la persona. Si otorgamos más de lo esperado, nuestro consumidor se sentirá satisfecho. Además, es importante tomar en cuenta algunas de las características que evalúa un cliente en el servicio, y así trabajar en ellas:

1. Elementos tangibles.
2. Cortesía, trato.
3. Actitud responsiva
4. Facilidad de acceso
5. Comprensión
6. Confiabilidad
7. Competencia
8. Seguridad
9. Comunicación
10. Credibilidad

Crear sistemas de servicio al cliente efectivos, tener la capacidad de responder a los problemas de nuestros compradores de manera inmediata y entrenar a nuestro equipo de manera continúa para que se enfoque en la calidad del trabajo diario, son algunas iniciativas en las que podemos trabajar para mejorar nuestro servicio.
Si dirigimos todos nuestros esfuerzos en convertir la filosofía de nuestra empresa en una enfocada principalmente en servir al cliente, podremos lograr grandes cosas. Genera clientes leales, comienza ahora a desarrollar un sistema que beneficie a tus consumidores. 

El uso de la tecnología, le ayudará a diferenciarse de la competencia, visítenos en nuestra web www.fastbotton.com